Sistema de gestión de riesgos agroclimáticos para la adaptación a nuevos escenarios climáticos

 


 

 

 

 

Componente Adaptación

 

 

Ingreso Software para evaluar opciones de Adaptación

 

 

 

¿Qué implica la adaptación?

 

La adaptación al cambio climático es el proceso de reducción de los impactos negativos y capitalización de los positivos que el nuevo contexto climático traerá a la agricultura. Este proceso implica una variedad de ajustes en el sistema de producción, en las estructuras productivas y en los sistemas de regulación y fomento.

Las iniciativas de adaptación pueden estar focalizadas a diversas escalas de tiempo y espacio. Es así como puede haberlas del tipo preventivo o reactivo, de corto plazo o largo plazo, local o regional.

 

En todos los casos el proceso de adaptación tiene dos fases, una autógena, correspondiente a las reacciones adaptativas que los individuos o comunidades adoptan por si solos, cuando perciben que es necesario adaptarse a un nuevo contexto ambiental. Las medidas autógenas precisas recursos que están a la mano de los actores, como cambiar las fechas de siembra, cambiar de cultivos o modificaciones menores en el sistema de producción, que no demandan grandes inversiones. La segunda fase, requiere de componentes exógenos que van más allá de la simple decisión de los individuos. En este caso se trata de cambios significativos en la infraestructura extrapredial (tranque, canales), en el sistema de producción (puesta en riego, mecanización, nuevos recursos genéticos) o el manejo de sistemas de información para mejorar el sistema de decisiones (sistemas de alerta, de gestión de riesgo, de mecanismos de fomento).  

 

La capacidad autógena de adaptación es mayor en las agriculturas industriales, altamente intensivas y de gran escala. La pequeña agricultura, baja en insumos y en recursos de capital, tiene consecuentemente una baja capacidad autógena de adaptación. Por esta razón, las estrategias implementadas por el Estado, deben contener los elementos diferenciadores según los actores a las que están dirigidas. En el primer caso puede bastar con proveer acceso a mecanismos e iniciativas de fomento que guíen el proceso de adaptación del sector productivo. En el segundo caso, se requiere de estrategias mas asistenciales que permitan transformaciones del sistema productivo que no serian posible sin el apoyo externo.

 

En el proceso de adaptación hay dos grande grupos de medidas. Aquellas que van en la dirección de reducir el riesgo (cambio de uso del suelo, de calendarios de siembra, relocalización de cultivos, de sistemas de cultivo) y las que buscan enfrentar el riesgo, mitigando sus impactos (sistemas de control de estrés, programas sanitarios mas estrictos, mayores frecuencias de riego). Desde el punto de vista de los costos, siempre será mas económica la primera opción , por lo que este tipo de medidas debiera constituir la primera fase en todo proceso de adaptación, solo una vez agotadas estas acciones, debieran implementarse las actividades del segundo grupo.

 

La adaptación al cambio climático se encuentra fuertemente relacionada con la necesaria modernización del sector agrario. En la mayor parte de los casos el cambio climático solo viene a acelerar la necesidad de implementar ciertas transformaciones o iniciativas de apoyo al sector. Tal es el caso de las iniciativas para el uso eficiente del agua, de la energía, la protección del medio ambiente, de los equilibrios ecosistémicos, de la biodiversidad. Todas estas iniciativas apuntan a recursos que, mas allá del cambio climático, llevan una tendencia preocupante, que el cambio climático solo contribuirá a acelerar. Por lo anterior, la separación de la adicionalidad que exige el cambio climático en cada una de estas líneas estratégicas, de las necesarias acciones futuras puede ser un ejercicio mas bies desgastante. Lo mas razonable es conducir el análisis hacia lo que requiere la agricultura de las diferentes regiones, dada la magnitud de los desafíos productivos, ambientales, económicos y sociales, donde el cambio climático es un factor que aumentará la urgencia de ciertas transformaciones. En este sentido, el portafolio incluye el desarrollo de modelos prospectivos que pueden ser de gran utilidad en el diseño, programación y priorización de las acciones estratégicas de desarrollo agrícola.  

 

 

Etapas en el establecimiento de una estrategia de adaptación

 

Metodología del Centro AGRIMED de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile

 

Existen una serie de etapas que una estrategia de adaptación debe cumplir, en orden a disponer de todos los elementos que son necesarios para una estrategia que apunte en la dirección correcta. Dentro de estas etapas, las principales son:

 

  1. Evaluación de los escenarios de cambio climático

La etapa preliminar es tener claridad sobre la magnitud de los cambios esperados para cada región del país. En la actualidad esto se logra con el acoplamiento de los modelo globales con los de mesoescala o downscaling, los que ajustan las variaciones esperadas, considerando las singularidades del relieve y factores que modifican el clima local (cubierta del suelo, elemento geomorfológicos mayores, altitud, continentalidad). En Chile se dispone de un primer ejercicio de downscaling basado en el modelo Hadley (HadCM3) y PRECIS, cuyas estimaciones entregan una resolución de 25 Km. En latitud y longitud. Este downscaling proporciona una visión de los cambios esperados en la principales variables climáticas (precipitación, temperaturas extremas, radiación solar, humedad, viento). A partir de estos escenarios, el Centro AGRIMED desarrolló un software de “microscaling”, el cual ajusta las variaciones esperadas con resoluciones que pueden llegar hasta los 5 Km o algo menos. Adicionalmente, este software, permite expandir los escenarios climáticos a una serie de variables derivadas, como evapotranspiración, días grado, horas de frío, probabilidad de heladas, horas de frescor, déficit y excedentes hídricos, entre otras. Con este conjunto de informaciones se posibilita el uso de modelos de cultivos que permiten pasar a la etapa siguiente, es decir, la evaluación de impactos o dimensión de las amenazas.

 

  1. Establecimiento de las amenazas

Un primer grupo de amenazas viene del efecto de estos nuevos escenarios climáticos sobre el comportamiento de las especies cultivadas. Algunos de estos efectos pueden ser negativos (amenaza real) y otros positivos (oportunidad). Un segundo grupo de amenazas proviene de los efectos que los cambios del escenario climático pueden tener sobre los “sistemas naturales” que sirven de soporte a la actividad agrícola (ciclo hidrológico, ecología de especies benéficas,

integridad de los suelos, cadenas tróficas, dispersión de contaminantes). Por la complejidad de estos sistemas y de sus relaciones con el clima, sus estudio requiere de modelos “ad Hoc” donde los mas abundantes son los modelos hidrológicos de cuenca y los modelos de erosión. Los sistemas biológicos han sido menos modelados por lo que se deben utilizar metodologías “Proxy” en la proyección de los impactos.

Cualquiera sea la metodología usada, difícilmente se podrá diseñar, evaluar e implementar una estrategia de adaptación si no se cuenta con una evaluación precisa de los impactos productivos que tendrán estos cambios. Una estrategia eficiente de adaptación no puede basarse solo en proyecciones intuitivas de los impactos, sino en situaciones cuantificables, que permiten evaluar el costo/beneficio tanto de la acción como de la inacción.

  

  1. Establecimiento de los grupos de actores

Una vez conocidas y dimensionadas la amenazas, se hace necesario establecer los grupos de actores que presentan similares características desde el punto de vista del uso de la tierra, el sistema de producción, la etnia, la cultura, el territorio donde hacen agricultura y las cadenas productivas a las que pertenecen. En algunos casos un mismo grupo de actores pueden observar cierta heterogeneidad desde el punto de vista del tamaño de la propiedad. Considerando que el tamaño de la propiedad (escala del sistema de producción), influye fuertemente sobre la vulnerabilidad, la resiliencia, y la capacidad de adaptación autógena, en dicho caso se hace necesario, hacer alguna subdivisión de este grupo por tamaño de propiedad. Ejemplos de grupos de actores en Chile son: Los criadores de auquénidos del altiplano, los agricultores de los valles trasversales en regiones áridas, los comuneros de la región de Coquimbo, los fruticultores del Valle Central, los viñateros del Valle Central, los ganaderos de secano costero, los productores forestales de la costa, las comunidades Mapuches, los ganaderos de zonas húmedas, los ganaderos de Magallanes. Identificados los grupos de actores, se facilita el análisis de la adaptación, por cuanto en general ellos tendrán similares amenazas, impactos y atributos de viabilidad frente a las acciones propuestas.

 

  1. Selección de las acciones o iniciativas

Conocidas las amenazas, los grupos de actores sobre los que operan y la naturaleza de los impactos esperados, se determinan las acciones que tienen mayor opción de ser efectivas frente a cada grupo de actores. Para esto se implementan mecanismos participativos donde son los propios actores los que proponen y validan las acciones en la creación de las estrategias. Esta es una condición esencial para la viabilidad de las propuestas, por cuanto son los actores finales los que se encargarán de implementar la estrategia en cada región del país.

 

  1. Establecimiento de la efectividad de las acciones frente a las amenazas

Una vez creada la gama de acciones validas para componer las estrategias, es necesario determinar, con criterio multidisciplinario, la efectividad de cada acción frente a cada amenaza. Para esto es necesario integrar aspectos técnicos, sociales, ambientales. Se trata de establecer en que grado una acción neutraliza a la amenaza, en una escala que va desde la ninguna efectividad, hasta la total efectividad. En este último caso la implementación de la acción hace desaparecer por completo el impacto negativo de la amenaza en caso de ocurrir la adversidad.

 

  1. Establecimiento de la viabilidad técnica, económica y cultural de las acciones

Aparte de los criterios técnicos que están detrás de la efectividad de una acción, pueden existir aspectos culturales, sociales, económicos o políticos que hacen de una acción algo completamente viable o completamente inviable. Es decir, técnicamente una acción puede ser inobjetable, pero frente a un grupo de actores surgen elementos que la hacen completamente inviable. Por esto se hace necesario un “filtro de viabilidad” de cada acción frente a cada grupo de actores. Esto puede igualmente ser determinado a través de mecanismos participativos.

 

  1. Selección y priorización de las acciones por grupo de actores

Con todos los elementos anteriores, es necesario un proceso en cadena que los considere por etapas de modo de evaluar cada acción frente a cada grupo de actores. De este proceso, cada acción saldrá evaluada con un puntaje frente a cada grupo, lo que permitirá seleccionar las acciones con mayor potencial para una estrategia de adaptación a ser implementada por cada grupo.

Todas los procesos anteriores se han integrado en un software (QHFCC) que permite, a través de sucesivas matrices, hacer las combinaciones propuestas de una manera fácil e interactiva. 

 

Fichas ejemplo de las acciones de adaptación que emanaron de los talleres con agricultores (el informe final contendrá unas 25 fichas que resumen los resultados de los talleres)

 

Ficha A: Uso de sistemas de cultivo para la reducción del estrés térmico

Nombre

 

Uso de sistemas de cultivo para la reducción del estrés térmico

Objetivo

 

Facilitar el uso de técnicas eficaces para la reducción del estrés térmico en situaciones donde las altas temperaturas amenacen los rendimientos o la calidad de la producción.

Amenaza a la que apunta la iniciativa

 

Reducción del rendimiento en cultivos y producción ganadera por estrés térmico a causa del aumento de las temperaturas máximas

Descripción

Las altas temperaturas que normalmente acompañan a periodos secos son negativas para el crecimiento de las plantas y desarrollo de los animales. Normalmente, temperaturas por sobre los 30ºC llevan la capacidad productiva de las plantas casi a cero, por lo que el numero de horas en que la temperatura supera este valor es de gran relevancia para la determinación del potencial de producción. Es probable que en ciertas zonas del país este fenómeno sea gravitante en el deficiente comportamiento productivo que tendrían ciertas especies en el centro y norte del país. Adicionalmente, las elevadas temperaturas, asociadas con humedades relativas inferiores a 50% y elevados niveles de radiación solar pueden generar daños físicos a hojas y frutos (quemaduras por deshidratación y desordenes fisiológicos). Hay dos formas de prevenir este fenómeno que podría hacerse muy limitante para ciertas especies. La primera es relocalizando las zonas de cultivo, proceso que tomará un largo periodo de tiempo. La segunda, es mediante la utilización de sistemas físicos o biológicos que tiendan a atenuar el efecto de las elevadas temperaturas, como son los sombreaderos y el enfriamiento evaporativo. En el primer caso se utilizan estructuras que permiten cubrir las áreas cultivadas con mallas reductoras de la radiación, lo que mejora el balance energético de los órganos sin afectar grandemente a las tasas fotosintéticas. Cada especie tiene sus propios umbrales luminosos por lo que la densidad del sombreamiento debe ser cuidadosamente estudiado de modo de provocar los efectos positivos deseados sin afectar al potencial de producción. El efecto sombra puede igualmente lograrse por la inclusión de especies arbóreas de poca densidad de copa en las áreas cultivadas, lo que permite viabilizar el cultivo de especies arbustivas o herbáceas mas intolerantes a las elevadas cargas térmicas y radiativas.  En el segundo caso, se utiliza agua pulverizada con cierta frecuencia, lo que permite mantener los órganos con cierta humedad durante los periodos de mayor estrés térmico. La simple evaporación de esta agua ejerce un efecto refrescante, logrando bajar la temperatura en varios grados. Esta técnica es inviable en especies amenazadas por agentes patógenos que pueden aprovechar la humedad para generar una infección. Ambos sistemas deben ser evaluados en términos de costo beneficio, considerando el elevado costo que representan. Por lo anterior, es probable que a futuro se justifique para producciones muy intensivas y de elevado retorno económico. Quizás estos sistemas podrían permitir producir ciertos productos en fechas donde sea altamente rentable abastecer el mercado.

Propuesta:

Desarrollar alternativas tecnológicas, basadas en el conocimiento científico, que  permitan mejorar el rendimiento y viabilidad de los cultivos bajo condiciones de estrés térmico.

Zonificar el territorio en función de las variaciones en los niveles de estrés como consecuencia de los cambios climáticos.

Evaluar la factibilidad técnico-económica de las opciones de producción bajo ambientes de estrés.

Participación

La adaptación al Cambio requerirá del concurso de las capacidades de innovación tecnológica de diversas instituciones como universidades, institutos y del propio sector privado. Se requerirá la instalación de experiencias demostrativas, con la participación de agricultores que voluntariamente acepten actuar en tal función.

Gobernanza / institucionalidad

INIA, INDAP, Universidades

Metas

No aplica

Indicadores

Número de proyectos exitosos implementados

Ficha B: Creación de un sistema de alerta temprana de riesgos climáticos que afectan a la actividad agraria  (sequías, lluvias excesivas, heladas)

Nombre

Creación de sistemas agrometeorológicas de alerta temprana

Objetivo

Disponer de un sistema que permita a la agricultura un cierto nivel de anticipación de eventos potencialmente dañinos, de modo de arbitrar las iniciativas de gestión tendientes a minimizar los impactos negativos de los extremos climáticos.

Amenaza a la que apunta la iniciativa

Aumento de la variabilidad climática y de la frecuencia de eventos extremos

Descripción

Los nuevos escenarios climáticos traerán asociados cambios en la frecuencia de los eventos extremos potencialmente dañinos a los cultivos. El calentamiento de la atmósfera necesariamente genera una mayor amplitud de variación de los distintos fenómenos climáticos, lo que aumentará la incertidumbre y el riesgo. Un sistema de alerta temprana ayudaría enormemente en la administración de las medidas de prevención de impactos, así como a los ajustes del sistema productivo que permitan minimizar las potenciales perdidas por heladas, lluvias, viento, sequía, granizo, ondas de calor. En la actualidad se cuenta con una red agrometeorológicas y con recepción de imágenes satelitales que permiten proyectar a corto, mediano y largo plazo, con cierto grado de certeza, el comportamiento que tendrán los eventos climáticos potencialmente dañinos. Un sistema de alerta temprana se compone de una red de estaciones interconectadas a un sistema central, acceso a productos sinópticos, imágenes satelitales meteorológicas, modelos de pronósticos ajustados localmente y canales de difusión de la información. Prácticamente todos estos recursos están disponibles en la actualidad, habiéndose hecho la mayor inversión, que es la red de estaciones de tierra y la capacidad para captar imágenes satelitales en tiempo real. La organización de estos recursos en un sistema de alerta y las capacidades para operacionalizar el pronóstico dependerán de las prioridades y capacidades institucionales, en general el sistema podría implementarse modularmente, es decir, con cierta gradualidad en términos del número de pronósticos incluidos (fenómenos pronosticados) o cobertura espacial (regiones agrícolas de Chile).

Participación

Los agricultores podrían ser subscritores a algún canal de comunicaciones de modo de recibir los pronósticos. Igualmente podrían proveer información al sistema cuando ellos dispongan de ella

Gobernanza / institucionalidad

DMC, Universidades INIA

Metas

No aplica

Indicadores

Número de pronósticos implementados

Número de usuarios suscritos al sistema

Calidad y utilidad de los pronósticos

 

 

Ficha C: Programa de capacitación en cambio climático

Nombre

 

Programa de capacitación en cambio climático

Objetivo

Aumentar las capacidades de los distintos actores, desde el sector público hasta los usuarios finales, para enfrentar eficientemente un proceso de adaptación a los nuevos contextos climáticos.

Amenaza a la que apunta la iniciativa

Requerimientos de recursos humanos debidamente capacitados para idear e implementar estrategias de adaptación, en todos los niveles del sistema agrario chileno.

Descripción

Enfrentar la adaptación al cambio climático requiere de un conocimiento profundo de la naturaleza, dimensión y mecanismos involucrados en la generación del impacto, por parte de los actores, que van desde los hacedores de política, hasta los agricultores como usuarios finales.

Dependiendo del nivel de actuación de cada actor, varían los conocimientos y habilidades necesarias para ejercer de manera eficaz y creativa su rol. Por lo anterior, se hace necesario segmentar a la población objetivo, creando programas de capacitación específicamente diseñados según las necesidades de cada grupo. Se proponen al menos los siguientes grupos:

  1. Hacedores de políticas y estrategias en los niveles públicos

Se requiere una capacitación profunda en la comprensión del alcance de los problemas globales que enfrenta la humanidad, así como sus dimensiones ambientales, económicas, productivas y sociales. Rol de Estado en la búsqueda de la sustentabilidad. Bases para un desarrollo económico en un ámbito restrictivo en recursos naturales. La visión sistémica en la comprensión de los sistemas naturales. La visión sistémica en la comprensión de los problemas sociales. La visión sistémica en la comprensión de la economía. Diseño y evaluación de estrategias de adaptación al cambio climático a nivel local.

  1. Responsables de la implementación de las acciones contenidas en las estrategias

Se requieren elementos de gestión de políticas publicas, uso de mecanismos participativos para la implementación de las acciones locales, sistemas de evaluación y seguimiento. Naturaleza y alcance de las amenazas que traerá el cambio climático a los sistemas agrícolas locales.

  1. Transferencistas de tecnología.

Comprensión de los impactos productivos de los cambios climáticos, efectos sobre plantas, animales y ecosistemas. Gestión del estrés y del riesgo. Vínculos entre lo global y lo local, interacciones, por qué no bastan las acciones locales. Agricultura ecoeficiente. Eficiencia hídrica, energética y ambiental. Importancia de los registros de trazabilidad en los sistemas de producción.

  1. Usuarios finales (agricultores y administradores de los sistemas de producción)

Variedad de programas orientados a la implementación y uso de técnicas para manejar los estreses ambientales, el uso eficiente de los recursos hídricos, la captación de nuevos recursos de agua, la gestión del riesgo agrometeorológico, el manejo de plagas, los sistemas de cultivo, gestión de planteles animales bajo condiciones de estrés, agricultura baja en carbono, gestión del suelo para mejorar el balance hídrico. Esta lista no es exhaustiva.

Participación

Los usuarios deberían organizarse por rubros o áreas cultivadas, de forma a establecer sus necesidades de capacitación según naturaleza de las amenazas que recaen sobre cada grupo.

Se debería establecer las agencia de capacitación que atenderían a cada grupo de actores.

Gobernanza / institucionalidad

INDAP, INIA, Universidades, Institutos del Estado

Metas e indicadores

Número de agricultores y agentes públicos y privados capacitados

Evaluación de la calidad de las capacitaciones

 

 

 

 

Portafolio de Medidas de Adaptación al Cambio Climático 

 

 

 

 

 

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Centro AGRIMED Universidad de Chile

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